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Aplicaciones móviles: algunas claves para entender su auge en los últimos años

El mercado de las aplicaciones móviles o apps (del inglés Application) ha experimentado un auténtico boom dentro del proceso de transformación digital que está afrontando nuestra sociedad en los últimos años, y se ha convertido de hecho en un nuevo nicho de negocio dentro del sector tecnológico, tanto por las empresas que se han especializado y se dedican a desarrollar y crear apps, como por aquellas que han visto la posibilidad de contar con una de ellas para potenciar su actividad, completar la oferta de servicios y productos que ofrecen a los consumidores o clientes o mejorar su posicionamiento en el mercado.

Y todo ello en un proceso que se inició aproximadamente hace una década pero que se ha acentuado de manera más firme en los últimos 6-7 años, con cifras que no paran de crecer año a año a nivel mundial y que son ya muy relevantes en nuestro país. Según los últimos datos del año 2015, casi 28 millones de españoles usaban las apps a diario, un total de 3,8 millones de aplicaciones se descargan al año, y el porcentaje de uso en el ámbito del comercio electrónico representa ya el 34% de todas las compras que se hacen por Internet en nuestro país (Informe sobre las Apps en España 2015, The APP Date).

¿Cuál es el secreto o las razones que explican este rápido crecimiento y su consolidación actual? Fundamentalmente la llegada de los smartphones y otros dispositivos digitales (tabletas, portátiles o convertibles), que han abierto enormemente las posibilidades de acceso a multitud de contenidos, y sobre todo, la continua actualización y modernización tecnológica de estos dispositivos, que han permitido que miles de millones de personas en todo el mundo puedan contar hoy día con un teléfono móvil que incorpora y combina diversas tecnologías que incrementan sus opciones de uso (cámaras fotográficas, GPS, giroscopios sensores, etc.). Algo impensable hace un par de décadas cuando la utilización de los teléfonos móviles comenzó a generalizarse entre los ciudadanos.

Aquí es conveniente señalar que no hay que confundir una app con una aplicación web, un sistema operativo o un servicio de alojamiento informático. Una app es un programa o aplicación de software que se instala en dispositivos móviles que permite al usuario en una labor o tarea concreta, ya sea de carácter profesional, de ocio y entretenimiento, educativa, de acceso a servicios públicos, etc. Para su uso es necesario descargarla a través de las plataformas de distribución existentes para ello (Google Play y Apple Store principalmente).

Esa es una de sus principales ventajas, propiciar un acceso más rápido y sencillo a la información necesaria sin tener que ofrecer los datos de autentificación en cada acceso (como se requiere con la conexión tradicional a Internet). Pero también hay otras no menos importantes como ofrecer una mayor versatilidad en cuanto a su utilización o aplicación práctica, mejorar la capacidad de conectividad y disponibilidad de servicios y productos, la atribución de funcionalidades específicas, o un almacenamiento de datos personales de los usuarios de una manera más segura (a priori).

Aplicaciones en el sector educativo

Existen muchos tipos de aplicaciones informáticas para móviles y dispositivos digitales, desde apps de entretenimiento y videojuegos hasta aplicaciones de mensajería instantánea o de relación social (las más populares y utilizadas), de producción o utilitarias, creativas, informativas o publicitarias. La irrupción de las TIC en educación también ha generado la creación de multitud de apps, dadas las inmensas posibilidades que ofrecen para la enseñanza de unas nuevas generaciones de niños y jóvenes que precisamente están inmersas en una nueva era digital, y que a su vez está suponiendo un cambio en el modelo tradicional educativo.

El objetivo que se persigue es conseguir que los dispositivos móviles (tabletas, portátiles, smartphones) se integren en las aulas como herramientas de enseñanza-aprendizaje para los alumnos, pero también para los profesores, aportando una forma de trabajar más práctica y que incida en los aspectos competenciales de los niños, orientándose más al aprendizaje, al saber hacer y al saber aplicar que al saber reproducir mensajes o ideas de memoria.

El catálogo de apps en el terreno educativo es tan amplio que pueden incluir desde instrumentos y herramientas de trabajo en clase (cámaras de fotos, calculadoras, reglas, brújulas, cronómetros, etc.), aplicaciones con fondos de consulta y libros (enciclopedias, diccionarios), agregadores de noticias específicos, gestores de información (agendas, libros de notas) o infinidad de aplicaciones multimedia interactivas (de cuentos, cálculo mental, conjugación de verbos, etc.), tanto para su uso en las aulas como para potenciar nuevas creaciones interactivas.

Al igual que el proceso de digitalización en los centros escolares, la introducción de las apps educativas es un fenómeno progresivo, que cada vez se está implantando más en las aulas y en los nuevos modelos de enseñanza-aprendizaje, pero que no debe verse como un mero aumento de los dispositivos electrónicos en las clases.

La integración de las apps y las nuevas tecnologías educativas en general requieren de una planificación sólida, una concienciación de sus ventajas para la enseñanza, y también de una orientación que permita fortalecer las competencias básicas de toda la vida y las nuevas competencias digitales. Todo ello incluyendo e integrando a los profesionales de la educación para que así estén adecuadamente formados y capacitados en el uso de estas aplicaciones y puedan aprovechar al máximo las posibilidades que ofrecen.

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